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Región de Tachov-Stříbro

La región de los alrededores de la ciudad de Tachov no se encuentra entre las localidades de la República Checa mejor aprovechadas desde el punto de vista turístico. Injustamente, ya que toda la región ofrece al visitante toda una serie de monumentos históricos importantes y curiosidades naturales. En las ciudades como Tachov, Bor, Planá o Stříbro se formó la historia del Estado Checo. En los alrededores, valles boscosos de la Selva de Bohemia, no van a oír el tableteo regular de los molinos de agua ni van a encontrar mineros que extraigan plata y plomo de la tierra; por otra parte tendrán la posibilidad de ver estos lugares tal y como tranquilamente han descansado durante decenas de años – no afectadas por el turismo. Es que los turistas tan sólo suelen atravesar la zona por la carretera internacional E50. Ésta va a Pilsen y Praga por un lado y por el otro a Rozvadov, uno de los pasos fronterizos checo-alemanes más transitados.

El poblado de la zona data del período prehistórico. Sin embargo, los documentos escritos mencionan los lugares individuales de la región de forma más extensa tan sólo en el siglo XII. La ciudad real de Stříbro fue fundada ya a finales del siglo XIII. De suma importancia para la historia checa es también el Monasterio de Kladruby. En el siglo XIV poseía tres ciudades, tres castillos y más de un centenar de pueblos. En toda la región de Tachov tuvieron lugar una serie de batallas importantes de las guerras husitas. La fuerte unión con Alemania, el país vecino lo documenta muy bien el hecho de que todavía a principios del siglo XX, en la época de la fundación de Checoslovaquia, el número de habitantes alemanes que vivían en las ciudades como Stříbro, Bor o Stráž superaba múltiplemente al número de habitantes checos.

Antes de la Segunda Guerra Mundial el gobierno checo decidió construir una serie de fortificaciones de hormigón que habían de proteger Bohemia y Moravia contra la expansión de la Alemania nazi. A pesar de que toda una serie de estos tristes monumentos ha sido destruida, todavía encontrarán varias decenas de ellos en la región. En el año 1939, las regiones fronterizas le fueron entregadas a Alemania. Después del traslado de los alemanes al terminar la guerra, las fortificaciones volvieron a manos checas. El traslado forzado de los ciudadanos alemanes de la región es hasta hoy día objeto de frecuentes pleitos de propiedad.

El centro de la región es la ciudad de Tachov. La Selva de Bohemia, que se extiende hasta Domažlice, forma una frontera natural con Alemania, el país vecino. Los profundos valles boscosos y las altas colinas se encuentran entre nuestras joyas naturales más grandes. El Museo de la Selva de Bohemia está situado precisamente en Tachov.

Turismo a pie

Los amantes de paseos encontrarán en la región toda una serie de rutas turísticas y senderos educativos. Entre los que de verdad son interesantes se encuentra la llamada ruta a distancia. Parte de Mariánské Lázně, pasa por Planá y Stříbro y termina donde el Embalse Hracholusky. Una de los senderos turísticos más impresionantes va por el valle del arroyo Kosí hasta su confluencia con el río Mže. Continúa hasta el antiguo molino Křínovský y la confluencia con el arroyo Hostičkovský. No menos interesante se la ruta de la colina Hradišťský. Parte de Konstantinovy Lázně y a los turistas los llevará por la única localidad de Hradiště. El sendero educativo Šipín empieza no lejos de Okrouhlé Hradiště y pasa por el parque natural Úterský potok (Arroyo Úterský).

Cicloturismo

En toda la región hay un densa red de rutas cicloturísticas. Las rutas más interesantes son las que parten de Bezdružice hasta las ruinas del castillo gótico de Gutštejn o hasta la colina Ovčí (De Oveja), donde a finales del siglo XVII fue reprimida una rebeldía de granjeros de forma sangrienta. Por esta zona pasa también la llamada Ruta Troncal Selva de Bohemia, que empieza en Cheb y termina en Domažlice. Una ruta interesante nace en Stříbro y va a través de Cebiv, Černošín y Svojšín.

Turismo de invierno

A pesar de que la zona no presume de montañas gigantescas, en los meses de invierno es muy buscada por esquiadores poco exigentes y las familias, para los que las estaciones de esquí pequeñas y poco concurridas son una buena opción. La estación de esquí Přimda ofrece una pendiente de eslalon y una pradera de práctica. La última parada del remonte termina en una altura de 812 sobre el nivel del mar. La zona es apropiada también para el esquí nórdico.