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Slovácko

La región de Slovácko está formada por la belleza de Chřiby y la belleza de los Cárpatos Blancos. Entre estas dos cadeñas montañosas, en un amplio valle lleno de praderas verdes y encantadores bosques húmedos, el río Morava forma unos graciosos meandros. Es también el encanto de los palacios de Milotice, Buchlovice o Bojkovice. Es la firmeza de los castillos de Buchlov y Malenovice . Son los castros de Staré Město, Mikulčice y Pohansko que datan del período del Gran Imperio Moravo y los lugares de peregrinación como, por ejemplo, Velehrad . Son las Montadas de los Reyes, festines de Slovácko, festivales folclóricos, degustaciones de vino, el mundo mágico de las canciones populares, trajes tradicionales, bailes, fiestas y oficios tradicionales. Son las hileras de los viñedos, los pintorescos callejones de bodegas en Petrov, Vlčnov o Mařatice y son también los trabajadores viñadores. Son las vacaciones en bicicleta, a caballo, en el Canal de Baťa , con alas o en los Lagos de Ostroh. Es deporte y entretenimiento, pesca y caza a la espera. Es bicicleta y son esquís nórdicos. Un caminito cubierto de hierba y una pista de esquí alpino cubierta de nieve. Son los balnearios de Luhačovice y Hodonín. En la rica oferta no falta el parque zoológico de Hodonín, el famoso museo de arquitectura popular de Strážnice con un rico programa folclórico, el museo de arqueología al aire libre de Modrá o el museo aviático de Kunovice. La Región de Slovácko es conocida no solamente por su vino y el aguardiente de ciruelas sino también por sus manantiales curativos. El aprovechamiento de las aguas curativas locales tiene una larga tradición que data del siglo XVI. Además de los lugares de balneario oficiales existía y sigue existiendo en la región una cantidad incontable de manantiales y fuentecillas locales, con muchos de los cuales se relacionan leyendas sobre su poder curativo. Hoy en día pueden aprovechar las instalaciones de balneario de Luhačovice, Ostrožská Nová Ves, Buchlovice-Smraďavka, Hodonín o Zlín-Kostelec que disponen de un moderno equipamiento. Una parte importante del tratamiento es, además de las ya mencionadas aguas curativas, también el bello ambiente, las posibilidades de dar paseos por el paisaje y la oferta de acontecimientos culturales y sociales. También a este respecto las instalaciones de balneario de Slovácko quedan bien.

Cicloturismo para gurmets

En vista de que la Región de Slovácko está formada por dos zonas de carácter diferente, es decir, la llanura alrededor del río Morava y las franjas montañosas de los Cárpatos Blancos, los cicloturistas pueden elegir el grado de pendiente con la que quieran enfrentarse. Para el cicloturismo relajado se aprovechan, por lo general, aquellas rutas que no sean muy exigentes físicamente y que ofrezcan la posibilidad de refrescarse y probar las especialidades locales, de las cuales las salchichas de Slovácko son las más conocidas. Además, la Región de Slovácko tiene sus senderos de vino en los cuales se puede probar, por ejemplo, el Rulandské tinto – el vino tinto de mayor calidad, de un sabor delicioso, característico por el color rubí y el harmónico tono a ciruelas secadas; el Tramín – un vino blanco de color dorado, un olor muy intenso y el típico sabor aromático que recuerda un aroma dulce y el Sauvignon – un vino blanco de un olor inconfundible a ortigas o a melocotones maduros que se nota también en el sabor.

Turismo acuático

La Región de Slovácko no tendrá mar pero tiene el Canal de Baťa , por el que se puede navegar y de paso admirar la curiosidades naturales, históricas u otras curiosidades de una buena parte de la Región de Slovácko, incluso las bodegas de vino situadas cerca de la ruta de navegación. El Canal de Baťa es un camino fluvial histórico y, a la vez, un monumento técnico construido en los años treinta del siglo XX. La navegación comienza en un estrecho valle cerca de Napajedla. En Spytihněv se bifurca en un estrecho canal artificial de navegación que en algunas partes va por encima del nivel del paisaje, ofreciendo vistas de los amplios alrededores. En Uherské Hradiště el canal vuelve a unirse con el río Morava. Por entre los bosques húmedos se abren unas vistas preciosas de los cercanos Chřiby. Debajo de Uherský Ostroh el cauce vuelve a estrecharse, ganando así más su carácter original. En Veselí se bifurca otra vez en un canal artificial que ofrece una vista preciosa de los Cárpatos Blancos. En el azud de Vnorov el canal cruza, de manera original, el río Morava y continúa por un estrecho tramo romántico hacia Strážnice. A Petrov llegarán ya debajo de una bóveda verde de árboles. Otra ruta canal, bordeada por la vegetación, les llevará al río Morava. Y por el amplio curso de éste llegarán hasta Hodonín.